Barrioalto. Inmóvil, encanto y declaración de principios. Mucha mar pero de poniente a mi manera de beber, estira más la sequedad que la acidez con notas marítimas. Es muy larga. Hay que esperar un poco en el buchito de 2ª para que no nos coja el vicio y machaque un poco el sentido de la intransigencia. No es punzante pero aquí se mezcla todo. Es la ceremonia de los matices. Menta, avellanas y hasta pasas. Buena crianza y un final que recuerda a levaduras, mantequilla, toques de maderas y hasta pequeña dosis de compota de ruibarbos, tan incisivos, arrastrando fruta, nueces y frutos secos…La persistencia de esta manzanilla es como una larga calada de tabaco rubio, aceitunas y más…