Echarle horas a las cosas, junto a la ensaladilla rusa, unas gambas del mercado, el trocito de queso o los cortes perpendiculares del jamón, la tiza que todo lo anota y el mastiqueo de lo salino y su bombardeo de medio sol, la cuchilleria y la calle con su esparto.
La manzanilla, el trago por el paseo y las miradas en la calle hacen del dia una holgazana manera de vivir inigualable.