Qué krimildad, la Borgoña tuvo que seguir siendo Nibelunga, de Chablis a Beaujolais, pero hay que pasar por el tinto,
por las ciruelas y cerezas de este Marsannay, con buena textura, delicado y refinado, sabroso y equilibrado.
Un delicioso bouquet de especias, con toques de cafe y licorizados, y profundo final mineral con higos y ciruelas.
Hay vinos que, como las películas, estan hechos de una serie de momentos, de la suma de momentos muy pequeños de verdad.
Una elipsis que pasa de la ficción a la realidad. Luego, nosotros, bebiendolos, nos abrimos a la revelación final de sus autores, asumimos sus esquemas mas o menos exactos o previstos. El vino, entonces, existe, podemos enamorarnos de su puesta en escena, de su apariencia, de su expresión.
JJ Vincent nos lleva a cítricos, manzana y melocotón con una fina combinación de aromas de tila, la ortiga y recuerdos de heno.
Los fondos minerales, finísimo grafito, pólvora y ese salto a la miel o caramelo, es complejísimo para este chardonnay donde los toques de frutos secos estarán presentes un largo tiempo.
Compacto y con carácter en boca.
Yo he leido fragmentos, artículos de Egea, pequeños trazados intelectuales, reflexiones, aunque a veces con vinos en vaso, incluso en Paris, bajo los puentes, con algun clochard, directamente del tetrabrik, la tauromaquia de Goya, ahora que es debate entre canelones y fideuas, el subproletariado,
el visitante alienado, el emigrante (alguan cita a Tamames, azote de progres). La palabra va unida al vino y a veces desbarramos pero queda el emoticón de lo bebido.
Qué Cruz! Está en aquella fase que nos dejó Del rosa…al amarillo. Lo volveriamos a hacer, lo bebemos de nuevo. Y es mas contundente, serio, es más tabaco negro fino, el cedro, y la pimienta negra molida, le das un poco de oxígeno para penetrar en la cereza e iluminas los sabores a frutas, y mas bayas si buscas entre las pausas. Luego vuelve el aroma floral que recuerda las violetas. Es largo. Perdura.
Akaet es como un signo, un símbolo Zen, “Cada uno lleva dentro de sí un Buda, que le espera“.
Es potente e intenso, aromas de melocotón maduro, pera, membrillo, toronjas, tostada de miel con pan y notas de nueces. Y de igual intensidad la tierra que rezuma desde lo profundo, es piel y tierra humedecida, salino y verde sin llegar a menta.
Un favorito en casa.
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