Los grandes vinos de Dr. Bürklin-Wolf, dueño y señor de los perfumes del Palatinado. Dominio absoluto de toda su filsofia del vino, un dia con la VDP, otro sin acudir a sus misarrones y pregones. Patrón absoluto de la fruit bomb.
Cuando te has alejado de los sabores básicos en el paladar o en la nariz, cuando no necesitas el efecto reality de variedades de uvas típicas, cuando te has desprendido de los roaring engines y los very geek hidrocarburos, musgos y demás sotobosques, verdaderamente te sorprenderá que vuelven otros tipismos como mas aburguesados, menos afilados, con un corte vertical muy gótico, de filigranas, excelencias…La memoria no perdona. Es un juego beber estos vinos.
El perfume de Pfalz es portentoso. La bomba en nariz es fresa y manzanas con elementos minerales. La fruta se multiplica en boca, el paladar se expande y la propulsión se acelera, frutas blancas y una acidez de apoyo soberbia.
No hay edades ya en estos vinos. Lo típico de riesling en el primer momento, sin embargo, significativamente sube intensidad mas de lo “normal”, hay sabores como manzana, durazno y cítricos que son también notas especiadas, florales y minerales, en particular la dulzura percibida, una fruta enorme y diversa, indiscutible porque es inimitable.
El zafarrancho entre lo que un mediodia comprimido de Chanel y tejido orfebre a orillas del estuario con ese recalcitrante sol y salitre, limones, grosellas y los taninos que se manifiestan a veces (de guisa sorpresiva) con lo maduro, lo viejo, el carácter mineral, la piel con terciopelos dulces, un vello sensual de mieles y ese medio seco, spätlese, que supone la tesis del vino riesling a caballo de las tendencias…Pfalzbare.
Secos y sensuales, abren las notas de degustación con un jugoso y sazonado vino que sabe a melocotón, cítricos y piña, acompañado por una intensa nota de flores silvestres y hierbas, aqui la ortiga y allá la flor de tilo. La mineralidad del suelo se refleja entre notas de tierra húmeda, el humo de madera noble y especias exóticas como la canela, el cardamomo y el profundo núcleo.
Las mieles con canela y jengibre confitado.
Los recuerdos que aportan los trasladaremos a Venecia, 1965. Buñuel es aplaudido a rabiar en las salas de la Mostra. Falstaff, Simón del desierto y la incomprendida Good times, wonderful times, dejan ese retrogusto de libertad que ya teniamos revolviendo en el paladar y un Arthur Penn o Pierrot le fou nos anunciaban ideas y maneras de ver cine impresionante. Llegaba Gertrud, bellísima, extraña, simple, melancólica y firme con una E venne un uomo para cerrar los ojos.
Riesling Mon Amour.
“No estoy comprometido, pero tengo una posición. Esta posición es simplemente el individualismo frente a la vida, pero no una posición de partido. Mi posición individualista es una reacción frente a la socialización del mundo de hoy. Porque si hay algo que hoy no se admite es el individualismo.” Jean Luc Godard, 1962.