PJK-1PJK-3-QuarzitPJK-2-Rheinschiefer

 

 

 

Extrae tanto del terreno que los vinos son algo duros e insensibles, momentos tediosos, “sintéticos” los llamaba Chandler, u otras tertulias que al pairo de Antonioni, un trocken tras St. Nikolaus, ácido y carbónico a veces, o Doosberg cortante y endurecido por amielados finales tras otro spätlese Lenchen, tiempo en el que no pasa nada o el drama de la espera, el lento viaje de Proust por los sentidos, la explosión llega finalmente pero intima y casi gravitando (vino de actitudes) y en eso coincidíamos.
Pueden ser los vinos de los novicios, los quebrantahuesos del mundillo blanco que recien estan tocando paraisos cercanos, pero es un buen intento, oigan, que a todos nos ha costado estar donde estamos.
Desconcertante, caviloso, hombre de terroir, y tambien irracional, frio, metódico e impulsivo. Un vino de viña urbana para desmontar la ficción de esos jeques del asfalto vinícola, los que creen en los totems. Dificil beber con ellos.
Pero resaltan en sus vinos mas contradicciones que las que pudiera tener el principe Fabrizio.
Un recorrido por la pequeña villa te deja perplejo, es tan Bresson el panorama que dan ganas de filmar todas las caracteristicas de las uvas justamente sentados en el gran salon que da pie a estas letras, un dia, “A pleno sol”, con Marie Laforet quitando hierro al mito de que un riesling es un vino alemán.