Dante Di Tizio es un nuevo romano, renacentista, que no está lejos de la tierra, del terruño, de la parcela, de todo este galimatias de pequeñas referencias que hacen un todo; de un fogoncito elevan un volcán. Altruista su mirada, elegante su discurso, franco y soberbio al final, con distinción.
El vino es algo convincente, es uno de esos rasgos que convierte en happening la cultura de los pueblos.
“En mi opinión, no existen los temas grandes o menores, pues cuanto mas pequeño sea el tema existen mayores probabilidades de tratarlo con grandeza. En definitiva, sólo existe la verdad.”
(CLAUDE CHABROL)
La finca “Tenuta Torre Raone“ está situada en Abruzzo, en las soleadas colinas de Loreto Aprutino… así comienza la página de esta formidable bodega. (En el enlace hallarán los datos y notas de los vinos)
Sus vinos no son esos “maudits” que quisieramos encontrar cuando nos hablan del nuevo vino italiano, son la nueva generación de viticultores mágicos, estan en la linea de aquellos films de Godard con incursiones a Dreyer, son como una pequeña leyenda creciendo, haciéndose, vinos con libertad, que se resisten a escoger.
Raone Pecorino la nota cálida, un estilo de vino que se ajusta como un guante al saborearlo.
Sedoso, grueso, casi graso, muy impresionante. Alegre en nariz pero elegante. Mucha fruta y especias exóticas que lo hacen atractivo. Boca equilibrada con una acidez fresca. Sentimiento.
Lucanto Trebbiano d’Abruzzo potente, seco, con unas notas de frutas ácidas medio dulces y un fondo de aliño entre especias, salados y mineral con un recorrido denso, notable, final de ahumados muy finos. Peculiar, Visconti, o “Pugni in tasca” de Bellochio.
Lucanto Cerasuolo d’Abruzzo es una juguetona versión rosada de los vinos que se marcan por su surismo y contrastes. Sensitivo, de ese feeling fresco de fresas y frambuesas, muy claro y directo, con volumen y peso, a veces un pastel…Largo, con textura fascinante, femenino y delicado.
…Y todo esto acompañado por una expresiva mineralidad…
Los rojos son como el cinema-verité, un golpe seco sobre la granada madura; hay un ensamblaje soberbio, no es distinto, es vital, con el mérito considerable de ser comprensible y alegre, un Raone Rosso, donde combinan notas de canela, nuez moscada recién rallada, chocolate, turrón, cuero y cedro (toque fino, homenaje a esas variedades con personalidad en otros lares, discurso de autóctonas, etc…)
San Zopito, sólo pueden ser de allí los que llevaren este nombre, de Loreto Aprutino, único e indiscutible de por sí. Un vino bajo el signo de la poesía, de la variedad y su entorno; un vino a mi modo de entender que muestra su presencia, su sensación en boca (aromas), con la estética de Georges Franju, dejando lo esencialmente poético que te impresione. La finura, las notas de fruta, que parecen casi dulces en el paladar, dan una combinación de fresca acidez y una estructura sutil y seductora.
Agradecer a Gustavo Alcaide la oportunidad de llegar a este productor y viticultor. Y como otros más.