Primero, sin hacer una descripción geotal o cual, encontrarte con Cristóbal y Nubia es ya un meeting autobiográfico. Ellos y la viña. Y Amable, que no estaba.
La pureza del vino se funde con su entorno. Hay un pacto con el sol para guardarse un lugar bajo su peso.
Tambien tuvimos los suaves y permanentes alisios
que dulcifican con perfumes florales la malvasía, la listán negro y la castellana. Aqui se puede derretir el Aergius.
El vino, a veces, es una lucha de vivencias y libertades. Y los que amamos este preciado líquido crecimos en su perfecta espontaneidad.
La realidad está en el vino. Bueno, no es una afirmación metafísica, pero oyendo las explicaciones de Cristóbal Guerra comprendemos cuan bello instrumento es el vino para mostrar el argumento que motiva su viñedo.
Viña Vega de Gáldar está en un enclave inimitable, idealmente localizado en unas terrazas de Gáldar, cerca de un antiguo camino a la ciudad. Y es sorprendente cuando entras en el viñedo.
El vino, el viñedo está vivo, el terreno, es la idea. Esto es siempre una búsqueda. Y catar y catar, decimos nosotros.
Vega de Gáldar 2018. Color. Acidez y buena presencia en boca. Se hace largo. Tiene que compensarse en botella. Delicioso coupage. Tan espléndido.
Cuando saboreas el Amable 2017, listán y castellana, el color te llena. Y el despliegue aromático es espectacular en su vigor y opulencia. Formidable, con fruta manifiesta y finura.
Convento 2016. Los 150 de San Luis. Listán y castellana. 2 vinificaciones. Barrica 1 año. Y guarda este vino. Sin exagerar, las grosellas pueden aparecerte a ná que jinques el olfato en la apertura bélica de la copa, para superar algo el gusto a moras y ciertas notas de jazmín rojo, carmesí si fuera cierto, y un final de trufas si cabe, por el buquét… la fruta es deliciosa.
El 2017 … esto lo tiene que explicar Cristóbal. Wolfe te llevará a Mailer, Terry Southern o Gregory Dunne pero lo que han hecho para sacar esta maravilla es de apoteosis.
El vino sigue su ruta potente y denso, con taninos fuertes. Hay algo de trufa, como detalle. Tiene una considerable elegancia.
Podrás presumir de encontrarte con notas que los aromas de ciertas
flores y plantas transmiten sin piedad, pero la lírica tiene ese encanto…Un vaso de vino te llena el espíritu.