Hay versiones que nos ofrecen un tempus memorable, en cada instante lo recuperamos, en cada sorbo, el anhelo en boca, ahí es donde posee sabores plenos, redondos y fuertes. Una ocasión tres años antes nos dejaba insatisfechos, pero ya se veian estas cosas de ahora, mermeladas, ciruelas y chocolate cuando ya estan bien maduritos. Buena evolución.
Siempre es Georg Breuer.
Todo vino tiene su momento, un detalle, su recuerdo gráfico, los enlaces al camino de Swann, dejarse arrastrar, o un Marienbad que no existiese, pero así es a veces este pinot…y aqui el homenaje tambien a esos momentos: Chaland, Freddy Lombard, Metal Hurlant, El cometa de Cartago…