No hay que recurrir a Virgilio para sacar perlas culturales de nuestros prominentes padres de la patria, aquel con “es un bichito” o aquella con “es un ser vivo.
Nymphomaniac no es porno. Ni un miligramo de conciencia. Lejos de la chocolatina y el chanel de “O” aqui los personajes muestran un desgarro sicológico que parece perderse en rousseaunianas posturas, transcendencias de pasiones que todos llevamos dentro, una realidad inteligente en medio de algun complejo y adornado por un prevaricador deseo sexual, un mito sin circunstancias. Lo mejor es que la película siga su traveling por esas vidas emocionantres y trabajadoreas, nos deje ver algo más que el final atroz o más bien ideal.
El sketch de Thurman es sublime, es la garantía de la bondad, aunque sin revelar ningun modelo creo que lo consigue.
Deliciosa película. Antonioni y Pasolini bubieran firmado por algunas puestas en escena exteriores.

Los Tondonia y los Mondovino fenomenológicos, el vino como acontecimiento humano, el espectáculo del vino es el seno donde nace nuestra conciencia.
Complejos bouquets, fresas salvajes y cerezas femeninas, toque de regaliz y contrastes que excitan el juego de todos los que participamos en este
sentido de las cosas con algo tan delicado como un vaso de vino, un exceso de sutilidad.
Vigorosamente equilibrado en la boca, mucha presencia, todo una armonia frutal y sedosamente placentera.
Savigny-Les-beaune y Comte Senard son estructuras significativas donde te permite separar unos elemento de otros, todo en el juego de palabras
que quieras…Ya solo se trata de placer, sin comparar el vocabulario…

Hoy volveria a ver Cenizas y diamantes, de Wajda, con toda esa elocuencia que surge de la segunda juventud, un entregarse al fin sin pensar en el futuro.