Maldito vino, cómo me gustas!

Descarao!

Vinos de estructura y autoridad. Y eso que tenemos una manzanilla que pide desde siempre aire, mucho aire, sin piedad. Es como un thriller de gangs, de cochazos, de primeras marcas, de poderio, de lo más caro; te haces una idea al primer trago, lo más humilde.

Si ella es marinera aquí nos dan las doce y quedamos para inmortalizar un vino con remaches de virguerias, troquelado, curtido, la fina gubia se hunde en su piel biologica y la vaqueta cede, huele a bronce sobre piel, la madera fina.

… más acerado, sin ese virginiano de duelas pegadas ya de tanta historia, es que es un vino de secuencias, influencias de las levaduras, decapita las sensaciones y las convierte en sentimientos. El Uriun fino es un vino que empieza cuando has acabado la botella, te has sumergido en todo su cuerpo, con mucho equilibrio, punzante, como banderillas, el ánimo ha levantado una estructura pasional hasta que surge el encantamiento. Es un fino.

Es un pedazo de historia clásica contada con la figura moderna del entusiasmo. Muy bonito.

En una ocasión un amigo me trajo a Ceuta un botellin de La Pastora y un cucurucho de burgaillos con su alfiler brillando; ea!, nos dejó sin sentido en la playa del Chorrillo, luego vinieron los tintos y el calamar de la vida lo abarcó todo. Hasta llegar una tarde calurosa a Sanlucar, todo cerrado, gitanillas de velo abierto y trajes de fiesta para las casetas y todo cerrado. Atun, pulpo, no se si algo de cazón y papas en salsa, con la tarde por delante nos fuimos para Algeciras (Jose). Uno es que le debe un tributo a su historia de atrás, mucho paseo de las palmeras, mucha caballa suelta…

Y ya he vuelto varias veces, a quedarme pasmao de lo que hay. Y cada primavera a Jerez, bajo las magnolias mas hermosas que he visto, ese pan del cielo como mantequilla de la fermentación, puro blando, sensual…Y ese cielo en el paladar de jacaranda. Qué fino de Jérez, estás tocando lo más excelente que tiene el vino!

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